quarta-feira, 22 de junho de 2011

Bruselas: de paseo por el corazón de Europa

En esta ocasión vamos a una de las ciudades más cosmopolitas e internacionales de Europa: Bruselas. Una ciudad con muchas caras dependiendo de dónde encuentre uno. Se puede dividir en cuatro partes: Casco Antiguo, Barrio Real, Barrio de Heysel y el Europeo.

Si hay algo que uno no se puede perder en Bruselas es la Grande Place. Esta enorme plaza central es una de las más bellas del mundo, y además es patrimonio de la humanidad desde 1998. Una vez en medio se siente sobrecogido por la belleza de los edificios que la rodean y cierran. Es impresionante. En verano hay un día en que la cubren con un manto de flores. Aquí se celebra un espectáculo medieval, el Omagghamm y en las noches de verano se puede disfrutar de un espectáculo de luz y sonido realmente sobrecogedor.
Muy cerca de allí está el que, seguramente, es el símbolo más famoso de Bruselas: el Manneken Pis. Según cuenta una de las leyendas, este niño salvó a la ciudad haciendo pis sobre las mechas de las bombas de los enemigos. Es una estatua muy pequeñita y muchas veces la disfrazan de Papá Noel o de lo que sea noticia en el momento.
El Barrio Real no está muy lejos del centro. Aquí se encuentra el Museo de Bellas Artes con su impresionante colección de pintura flamenca. También es interesante visitar el Museo Magritte que está recién estrenado. En esta zona también se encuentra el Palacio Real, que es la residencia oficial de los reyes y el Parlamento Belga. España no es el único país de Europa con problemas, ya que en Bélgica ¡siguen buscando un presidente! Este barrio se sitúa en la parte alta de la ciudad y está muy bien comunicado, así que no hay que que subir andando. Esta parte de la ciudad tiene unas vistas preciosas y es muy apetecible para dar un plácido paseo. Más adelante se encuentra la Plaza del Sablon, de las más alegres y bonitas de Bruselas y donde comienza el barrio de los anticuarios que proveen de antigüedades a casi toda Europa. En Bruselas hay mucha afición por las subastas. Allí todo se subasta, desde antigüedades a cualquier cosa vieja por eso también abundan los mercadillos o brocantes. Es un país donde nada se tira, todo se vende y siempre es fácil encontrar algo útil y a buen precio. Los domingos hay un mercadillo en la Place du Jeux de Balle y en el Sablón. También hay un gran mercado de tipo árabe junto a la Estación de Midi.
En el barrio de Heyzel se podrá ver ver el famoso Atomium. Este símbolo de la ciudad, en forma de molécula fue construido en 1958 para la Expo de Bruselas. Es una mole enorme que se puede ver desde muchos puntos de la ciudad. Cada bola del Atomium alberga una sala distinta: museo, restaurante, sala de exposiciones… La entrada es un poco cara, pero desde la bola más alta se disfruta una vista de la ciudad increíble. Los alrededores son muy tranquilos, salvo cuando hay fútbol porque el estadio está al lado.

En el barrio europeo es donde se sitúan todos los edificios oficiales de la Unión Europea: Parlamento, Comisión…
Bruselas tiene una fama inmerecida de “ciudad gris” porque se come fenomenal y se puede salir de marcha.
Bélgica es el país de las patatas fritas, los mejillones y, por supuesto, el chocolate, la cerveza y los riquísimos gofres. En la rue de Bouchers se encuentra el famoso Chez Leon, que es un sitio mítico para comer mejillones con patatas fritas, el plato nacional belga. Las frites se fríen en aceite a distintas temperaturas lo que le da una textura crujiente por fuera y suave por dentro. Las acompañan con multitud de salsas. Al lado de la Grand Place está la calle de las pitas donde puedes comerte una a cualquier hora del día o de la noche. La cerveza es una religión en Bélgica. La gente la saborea y la disfruta como si fuera el mejor vino del mundo. De hecho, hay un montón de museos dedicados a la cerveza y a cómo la fabrican. Dicen que hay más de 1.500 marcas distintas de cerveza en Bélgica, y todas tienen su propio vaso distinto al resto, ¡qué locura! No hay qye dejar de ir al bar Delirium Tremens, en un pequeño callejón llamado Impasse de la Fidélité. Es un lugar bastante popular y con una carta de ¡más de 3.000 cervezas! Se tarda más tiempo en elegir una que en beberla.
La gastronomía belga también está entre las mejores del mundo, de los restaurantes belgas se dice que tienen la calidad de los franceses con la cantidad de los alemanes. Un sitio muy recomendable pero caro es La Truffe Noire, especialidades italianas centradas en la trufa o el Comme chez Soi. También hay muchas opciones de magnífica calidad para un presupuesto más ajustado sin olvidar los típicos bistrots donde se come bien a precio asequible, sobre todo en la zona de la Universidad. Un sitio que me encanta es la Rue des Bouchers: una pequeña calle muy cerquita de la Grand Place que está totalmente llena de restaurantes, pared con pared, y de todos los tipos. Todos tienen la terraza en la calle y los camareros, desde las puertas, te invitan a entrar en su local casi en cualquier idioma. ¡A los españoles nos calan a la primera!
Chic y de excelente calidad es Balmoral. Está en la plaza Brugmann: un sitio muy elegante, ideal para un brunch el domingo. En la misma plaza encontramos Gaudron, un traitteur donde se puede comer o merendar y también comprar productos.
A las afueras de Bruselas, en Drève de Lorraine 43 está uno de los restaurantes más selectos de la capital: el Chalet de la forêt. Es un poco caro, pero su estrella Michelín bien vale una visita. Además se encuentra en una zona preciosa.
Fruit défendu, en la rue de Tenbosch 108, cerca de la plaza de Chatelain. Tiene muy buen ambiente, aunque un poco tirando a mayor, muy acogedor y con pocos turistas, casi todos son belgas.
En la Place de la Vieille 39 se encuentra la Brasserie de Bruxelles, un sitio moderno pero sobrio donde deleitarse con unos platos belgas buenísimos. Además, esta es la zona de más ambiente de toda la capital.
Otro restaurante bastante selecto es Cospaia, en Kapitein Crespelstraat 1. Tiene un ambiente muy sofisticado y una decoración fantástica aunque es un poco caro.
La Plaza de Chatelain en sí también es muy divertida para picar algo. Está súper animada los miércoles. Incluso hay un mercado de verdura y fruta donde va la gente a beber y comer algo, sobre todo en verano con el calorcito. Se puede tomar un vino en Quintin o en la Oeno t k. Otra plaza muy alegre es la de Jeu de Balle, donde es habitual comer unas pulgas.
La Plaza del Sablón es una de las más típicas de Bruselas. Está todo abierto, incluso el domingo. No hay que perderse el salón de té de Wittamer, en el primer piso. Es precioso. Muy cerquita de allí está Perroquet, un lugar muy mono de gente joven donde ir a tomar un pastel a cualquier hora o una pita. Para comer o cenar es recomendable ir a la brasserie Aux Vieux Saint Martin que tiene muy buen ambiente pero un poco mayor tirando a serio; pero al lado está Lola, que no es un nuevo Room Mate, sino otro restaurante un poco más moderno.
Una de las cosas que sorprenden de Bruselas es lo bien iluminada que está por las noches. Pero hay que recordar que es Europa-Europa así que no hay calles llenas de gente a las tantas como en Madrid. Aquí la gente se reúne en puntos concretos como el Callens café, en la Avenida Louise 480. Tiene un ambiente muy belga, joven y cerca de la Universidad Libre de Bruselas.

Para salir por la noche está bien la discoteca Jeux d’Hiver, en Croquetweg 1, que es muy exclusiva. Lo normal es que los porteros no dejen entrar si no conocen al que entra. Otra menos exclusiva y muy animada es Le Mirano. Entre semana ruge el ambiente, especialmente los jueves, la Place de Louxemburg, en pleno corazón del barrio europeo justo enfrente del Parlamento. Entre los bares de la plaza destacan el Pullman, lugar predilecto de los españoles que trabajan en las instituciones. Para tomar una copa el fin de semana están el Ethnics, en la Avenue Louise o el The Marquee el el Sablon o el Spiritou Martini. Pero sobre todo hay que estar muy atento a las fiestas que se organizan cada semana en un sitio distinto. Son muy famosas las que tienen lugar en el Autoworld en el cincuentenario, en el Hotel Barsey en la Avenue Louise y últimamente en el Aloft.
Bruselas también es una ciudad interesante para el tiendeo. A los golosos les  encantará visitar las tiendas especializadas en chocolate. Tienen unas enormes fuentes de las que sale chocolate líquido. Las más conocidas son Leonidas, Godiva, Galler, Neuhaus o Wittamer que están sobre todo en la zona de la Grand Place, aunque se puede comprar chocolate por toda la ciudad. Es especialmente bonita la tienda Pierre Marcolini, en la zona del Sablon. Tiene varios pisos y parece más una joyería que una tienda de bombones. Otra menos conocida para los turistas pero muy exclusiva es Passion Chocolat, aunque está un poco lejos del centro, en la Rue Père Eudore Devroye 197.
Hay otro lugar imprescindible para hacer compras, las Galerías Reales de Saint Hubert. El lugar es en sí una maravilla y se pueden encontrar un montón de tiendas distintas. Si se busca algo más sofisticado el lugar ideal es Cameleon, una tienda de ropa donde sólo se puede entrar ¡con invitación!, pero merece la pena hacerse con un pase porque la ropa allí es fantástica.
Aquí dejo mi sugerencia sobre hoteles apetecibles en la ciudad: el Aloft, en la Place Jean Rey, en el barrio Europeo es uno de los más nuevos de la ciudad. Además tiene una decoración muy original. El White hotel, en la avenida Louise 211 es un lugar muy peculiar ya que es un hotel completamente blanco. Le Dixseptième, en la rúe de la Madeleine 25, está al lado de la Grande Place. Es muy elegante y tradicional. Muy cerca de él está el Hotel Amigo, en laRue de l'Amigo 1. Es un hotel muy discreto, con un lujo muy sobrio pero de categoría 5 estrellas. Por último, el Hotel Sofitel Brussels, en la plaza Jourdan 1, está muy bien situado en zona de Shopping. Tiene un restaurante/bar, el Crystal Lounge, que está muy de moda.
Bueno, pues hasta aquí llegan mis recomendaciones para Bruselas. Espero que lo paséis muy bien y si descubrís algún otro sitio apetecible… compartidlo conmigo, por favor! Un fuerte abrazo. Nos vemos en el siguiente destino.
Fonte: Kike Sarasola-Vanitatis

Nenhum comentário:

Postar um comentário